miércoles, 15 de febrero de 2017

"El bolero" de Ravel

Seguimos en nuestro intento de acercar las obras más conocidas de la música clásica a los más jóvenes. Hoy le toca el turno al Bolero de Ravel o Boléro si lo queréis escrito en francés.
En 1927 Maurice Ravel ya era un músico consagrado y su fama traspasaba las fronteras de su Francia natal. Le acaban de contratar para una gira de conciertos, cuatro meses por América que le llevaron a venticinco ciudades distintas en las que fue recibido con todos los honores.  
Justo antes de partir la bailarina y empresaria rusa Ida Rubistein le encargó la composición de un ballet de carácter español que ella misma quería representar con su  compañía.

 

A su vuelta,  Ravel finalizó la pieza. En un primer momento la obra no se iba a llamar Bolero sino Fandango, título que había acordado con Ida Rubistein en el primer proyecto. Sin embargo, una vez compuesta la obra, a Ravel el ritmo no le sugería un fandango, pues ésta le parecía una danza demasiado rápida, por lo que decidió cambiarlo por Bolero,  otra danza tradicional andaluza que había conocido en sus viajes a España y que le había cautivado por su ritmo repetitivo hasta la obsesión y por la sencillez melódica. Dos cualidades muy presentes en su Bolero.